21 Aniversario del Fallecimiento de Javier Rosario
PUERTO PLATA.– Un día como hoy del año 1997 nuestra ciudad perdió a su máximo y mejor representante en el motocross.
Javier Rosario considerado como uno de los mejores corredores del país falleció un 22 de octubre del año 1997, quien permaneció por varios días en coma tras haber sufrido un inexplicable accidente en una carrera puntuable del Campeonato Nacional de Motocross en la pista La Aviación en Dajabón.
Rosario quien con su carisma y proeza en la pista llenaba de seguidores las diferentes pistas donde participaba, llegando a ser un icono nacional de este deporte, hoy en día es recordado por pocos y a través de los años va quedando en el olvido un atleta que merece ser inmortalizado en nuestra ciudad.
Paz a su alma en donde quiera que esté!!
A continuación adjuntamos un escrito de Oscar Polanco sobre la trágica ida a destiempo de Javier Rosario:
Nunca quise decir esto:
Nunca he querido escribir sobre esta triste recordación, la muerte de Javier Rosario, no lo diré todo, nada sobre la carrera.
Ese día, en la pista de La Aviación, Dajabón, al frente de la hoy existente, se corría una de las patas puntuables del campeonato nacional de motocross y en todas las categorías existía una gran rivalidad, las emociones se tornaban altamente aceleradas, y, hasta peligrosas en ocasiones.
Dejando de lado los minutos anteriores y lo que me sucedió con gente muy amigas, a las que quiero y respeto mucho. Asuntos ya olvidados. Yo narraba arriba de una gran guagua que llevó más de cien fanáticos al evento.
Rosario tenía buena ventaja cuando se produjo la caída en un salto doble. Muchos dicen que se golpeó la cabeza, yo, niego que fuera un tope en la tierra tan fuerte, lean lo que ví, lo recuerdo como en cámara lenta:
Rosario llegaba al salto doble, no muy elevado, noto que el motor va como solo, luego de doblar la curva y tomar la pequeña recta, sube perdiendo velocidad y el piloto suelta inexplicablemente el timón y se deja caer de frente, los fanáticos que están cerca, imprudentemente le quitan el casco protector, los acusan de haberle maltratado el cuello. (Muchos entendidos dicen que fue la caída lo que le produjo un fuerte golpe que le afectó el cuello. Yo digo lo contrario).
Pero, a mi creer, antes del salto algo pasó que no logro comprender.
¿Un mareo?
¿Un desmayo?
¿Un ataque o molestia cerebral?
¿Alguien le golpeó con un objeto tirado, qué…?
¿Qué pasó al llegar al salto?
(Noten que pregunto, no que confirmo, o sea, no digo que fuera lo que sucedió).
Luego, en coma, fue trasladado, del hospital de Dajabón a una clínica privada en Santiago, allí estuvo varios días viviendo gracias a los aparatos médicos.
Un día como hoy, la anotadora de motocross, Lili Rodríguez, quien estuvo todo el tiempo al pie de la cama de Javier, nos llama a la redacción del periódico La Información donde laboraba y nos da la la infausta noticia, ni le contesté, no pude y con lágrimas en los ojos estuve mirando por los ventanales el tránsito de la carretera de Licey por muchas, muchas horas.
Mis compañeros de redacción Tuto Tavárez, Ramón Lora, Domingo Hernández, Anselmo Silverio, Servio Cepeda, Ney Santana, Ignacio Guerrero, Nelson Peralta, Pablo Vásquez y otros que estaban ahí, respetaron mi silencio hasta que en la tardecita, el colega Tavárez, en esa ocasión editor deportivo me dice: «Vamos Oscar, hay que redactar esa noticia aunque sea la más triste, todos lo sentimos de corazón».
Procedí ir a mi escritorio y me enteré al otro día lo que escribí, en realidad, cuando pude pensar en la noche, me asusté, no supe lo que escribí.
Es difícil perder un amigo.
En el cortejo fúnebre no pude participar, lo observé de lejos y cuando creí que ya no quedaba nadie ante su tumba, me acerqué a saludarle y a deserale buen viaje a la eternidad, y, oh, sorpresa, sus compañeros aún estaban ahí y estuvimos mucho tiempo en silencio hasta que nos marchamos.
¡¡¡¡¡Loor a este héroe del motocross!!!